jueves, 24 de marzo de 2011

LOLA Y SUS ENREDOS: (XXVIII) LA ACLARATORIA








LOLA Y SUS ENREDOS: (XXVIII) LA ACLARATORIA

Estaban todos quietos, pero muy inquietos, sentados allí, en un gran banco de madera, semicircular y con espaldar, finamente tallado, una verdadera obra de arte de algún ebanista que en ello puso mucho cuidado. Cada quien con un pensamiento en mente… al de los otros, completamente diferente. Lola y Antonio estaban sentados muy juntitos, de las manos tomadas: él tranquilo, sabía que nada malo pasaba con el amor de ellos; ella, angustiada, deseosa que de su inseguridad la sacaran. Doña Matilde, echándose una gozada, a la expectativa de ver como todo aquello terminaba. Márgara, hilaba lo que contaría a Doña Rosaura. Doña Ana, montada en celos, con la mano sobre el muslo de su marido, bien afincada, para que no se olvidase de que ella allí estaba y, Don Luis, calladito, para no alborotar el avispero en el que se encontraba.
Doña Rosaura apareció de la nada, silenciosa, y de esa manera se sentó frente a ellos, en un gran sillón de suela repujada y de madera tallada, tan fina como la del banco donde ellos se encontraban. Prendió un cigarrillo y a todos, uno por uno, fue mirando. Detuvo la mirada en Márgara, a quién reconoció como la muchacha que aquél día acompañaba al sodomita, al cual ella le leyera las cartas: Lola. Luego, se fijó en Doña Ana, examinándola con cuidado, para no perder detalle de nada.
- Carámba Doña Ana, cuánto tiempo tenía sin verla; la última vez, aún era una señorita- le dijo esto muy seria y con una intensa mirada. Pero Doña Ana no le respondió nada, ni por cortesía… y le sostuvo la mirada, a ella nadie la intimidaba. Doña Rosaura continúo recorriendo a todos con la vista hasta llegar a Don Luis, quien esquivó la mirada, haciéndose el pendejo para ver si no le hablaba… pero no le resultó.
- Y tú, Luis, estás igualito de guapo; parece que fue ayer… hasta te has puesto mejor con los años! -dijo esto a consciencia que molestaría a su mujer, por lo cual mostró una sonrisa de complacencia. Don Luis pegó un pequeño brinco, por las uñas que Doña Ana le enterrara. Doña Matilde, con los ojos bien abiertos, la rabieta de su prima esperaba… pero no pasó nada, aquella se comportó como una dama.
- Gracias, todo bien… aquí con la familia -se apresuró a contestar “Luis” y cortar la charla de Doña Rosaura… a ver si su mujer, del muslo, las uñas le desencajaba; pero no, ahí seguían, bien enterradas. Todos guardaban silencio, la intriga no les abandonaba, no entendían la familiaridad con la cual la bruja lo trataba; salvo Doña Matilde y Doña Ana, pero el secreto guardaban.
- Bien, ustedes dirán a que debo el honor… a qué vinieron ustedes aquí? -Inquirió ella a la vez que soltaba una bocanada, envolviéndose en una nube de humo y perfumando el recinto a tabaco rubio, el inglés… que olía muy bien.
- Lo que pasa, Doña Rosaura, es que la vez que vinimos usted dijo algo que nos dejó confundidas, tanto… que la vida nos ha cambiado y queríamos saber si nos puede aclarar el asunto y así, quizás, se resuelva todo -estas palabras la dijo Márgara, casi atropelladas.
- Confundidas? No entiendo… a ti las cartas no te he echado y la única vez que viniste, fue acompañando a un “él”… entonces, de qué estamos hablando? –Doña Rosaura hizo la pregunta solo para introducir la charla, pues ya conocía la repuesta; en verdad, ya sabía a qué venían, pues “Luis” ya le había anticipado la visita.
- Si lo se, es que era Lola disfrazada; no quería que la vieran y de ella siguieran hablando; ya el asunto estaba mal y no lo queríamos empeorar: la gente diría que los muertos sería por hechicería, así como dijo usted… que se rompería.
- Muertos… de qué demonios estas hablando? Hazme el favor y aclara, me tienes tan confundida ahora, como me confundieron esa mañana! –exclamó Doña Rosaura, un poco en serio y un poco en guasa.
- A Don Juan y Don Fernando, sus difuntos esposos… y a Don clemente… -acotó Mágara.
- Dos maridos difuntos tienes encima… -dijo Doña Rosaura sin sorprenderse, mirando a Lola- ah! lo de Don Clemente… hasta aquí llegaron las habladurías. Y qué tiene que ver todo este asunto de los muertos con lo que yo les haya dicho en aquél momento?
-Qué usted dijo que llevaba tres… de siete, y Lola está asustada, teme que Antonio pueda ser el cuarto… -Mágara fue interrumpida bruscamente por una carcajada de Doña Rosaura, que entre risa y risa se ahogaba con el humo del cigarrillo que aspiraba. Se puso de pie y mandó a callar a Márgara.
- Ya, ya, ya… calla; por tratar de engañarme a mi ese día… salieron ustedes muy apresuradas y más enredadas de como entraron! Les confieso que, en aquél momento, lograron llegarme a molestar y confundir… pues mi visión era sobre una mujer y, en frente, lo que tenía era a un marica; llegué a pensar que mi don me abandonaba… -Doña Rosaura hizo una pausa, inhaló profundamente y prosiguió- Antonio es el “guerrero” y el hecho de que esté aquí, indica que ya venció y empieza a beber las mieles… y sí, lo confirmo… más segura que antes: llevas tres de siete, y posiblemente sean cuatro de ocho, o cinco de nueve… quién sabe cuántos de tantos; la incógnita solo la podrán despejar ustedes dos! -dijo esto mirando fijamente tanto a Antonio como a Lola… pero con una dulce sonrisa en los labios, casi triunfal. Antonio, quien era muy hábil con los números, solo le llevó segundos el descifrar aquella ecuación, por decirlo de alguna manera. Miró agradecido a Doña Rosaura por la bondad de sus palabras; volteó a mirar a Lola y apretó aún más la mano de ella, llevándosela a los labios y besándola suavemente, al tiempo que le decía:
- Cada día te amo más y más… y no se cuánto más se pueda llegar a amar a alguien, pero yo lo abarcaré! –Lola no comprendía nada, pero la seguridad y el amor de Antonio le eran suficientes para disipar sus temores y echar a andar sus amores.

Ana Margarita.-

NOTA: La foto que ilustra este relato fue bajado de Imágenes de Google. Se desconoce autor o propietario.

5 comentarios:

  1. Pido a mis amig@s lectores disculpas por la demora en la entrega de este capítulo; me afectó un fuerte virosis... que aún me mantiene lerda! jeje Saludos a todos.Gracias.

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  2. Muy bien...hurra!!! Sin ser un critico especializado, me gusta como desarrollas los personajes y situaciones. Lo de Doña Rosaura y Don Luis esta buenisimo. Te felicito ANA MARGARITA, este capitulo cubrió mis expectativas. Gracias.

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  3. Espero que se mejore pronto de la virosis...
    Este capítulo me dejo como a Lola, un poco confundida pero me imagino que en el siguiente capitulo me enteraré. Lo de don Luis y Doña Rosaura le añade aún mas picardía al asunto, jeje me encanta.

    Mil besos

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  4. Felicitaciones Margarita,los últimos tres capítulos mantienen la intriga de la trama, pues no se ve desenvolmimiento del enredo,creo que vas a tener que escribir unos cuantos relatos mas para ir aclarando esa interesante historía.

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  5. Gracias Néstor, un abrazote amigo.-
    Gracias Rumi, ya estoy bastante mejor, aunque no bien del todo, un besote mi niña linda.-
    jejeje Gracias Francisco... estabas perdido! a veces las cosas son tan simples y estan a la vista... que no la percibimos al estar atentos a que suceda algún asunto más complicado; Pero en dos capítulos, más o menos... quedará al descubierto el misterio, que no es tal. Un besote para ti cariño, cuidate.

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