sábado, 19 de febrero de 2011

LOLA Y SUS ENREDOS: ( IV ) EL CUMPLEAÑOS





LOLA Y SUS ENREDOS: ( IV ) EL CUMPLEAÑOS

Se la veía a ella caminar todos los días acompañando a sus hijos a la escuela. Todos en orden y perfecta armonía… a no ser, de vez en cuando, por las paradas que hacían para destornillarse de la risa; Lola y sus hijos se las llevaban muy bien. Ellos ya habían recobrado su compostura y el amor de la madre lo disfrutaban constantemente. Todos, sin excepción, habían sacado esa tendencia a sonreírle a la vida… siempre había un motivo para reír y agradecer a Dios, gozaban de su buen humor! Era imposible, no voltear o detenerse a verlos, era agradable toparse con ellos. Cada vez que la madre daba los buenos días a quien se encontrase en su camino… los hijos –como en eco- repetían el saludo: buenos días, buenos días, buenos días, buenos días, buenos días, buenos días, buenos días… o, en su defecto, lo repetían al unísono, como si de el coro de la iglesia se tratase… y siempre con sonrisas y melodías. Era una familia muy querida y apreciada… hasta, a veces, envidiada. Era un hecho, reconocido por todos los lugareños, la gran belleza y. simpatía de Lola, que sumado a su instrucción y buenos modales, la hacía una dama admirable. Atrás, en el tiempo, quedaron las suspicacias y murmuraciones… Lola había recobrado su estatus.
Al dejar a los niños en la escuela, se dirigió pronta a casa de sus padres, ellos la habían mandado a llamar… había un asunto urgente que tratar! Su padre la esperaba con ansias, adoraba a Lola… era su niña preferida. La veía aproximarse, con ese caminar tan suyo… pasos firmes y seguros, sin dejar de ser femeninos. Don Luis abrió la ventana de su gran biblioteca, donde se encontraba, y con las manos le hacía señas para saludarla; pero tendría que esperar… Lola por el camino siempre se entretenía a todos con amabilidad saludar; además, ella disfrutaba de las caminatas en la mañana… eran frescas y la vigorizaban.
El padre, sin importarle los celos de sus otras hija, salió al encuentro de Lola; la abrazaba con efusividad y la besaba por todo el rostro… la amaba demasiado para poder ocultarlo. Entraron con los brazos entrelazados… él sobre sus hombros, ella por su cintura. Las hermanas, a pesar de sus celos, salieron corriendo a abrazarla y empezaron con ella a cuchichear sobre sus novios, reventaban en risas y solo se oía es “sssssssshe” de la madre, que las llamaba al orden, sin poder evitar alegrarse por la alegría de ellas. Todos se reunieron en la biblioteca, el lugar preferido del padre y éste tomó la palabra solemnemente:
- Lola, todos nosotros, nos hemos puesto de acuerdo para celebrar tu cumpleaños en casa… será una gran fiesta.- dijo el padre fumando su habano acostumbrado.
-Padre, les agradezco su buena intención, pero yo había planeado una comida en casa… con ustedes y mis hijos, solamente.
- Lo siento hija, acotó la madre- en realidad, la fiesta tiene un doble propósito: celebrar tus treintiún años… y presentarte, formalmente… -las palabras de la madre fueron interrumpidas por el padre, quien se puso de pie y se colocó tras su hija, posando sus manos sobre los hombros de ella. Lola sabía perfectamente lo que ese gesto significaba… su padre había tomado una decisión que no aceptaba discusión.
- Hija, sabes cuán importante eres para esta familia; tú y tus adorables hijos, son nuestra alegría. Pero, estamos preocupados… eres una mujer sola, y necesitas compañía.. hemos pensado que debes casarte de nuevo, tener quien vele por tu seguridad y la de tus hijos… alguien que te represente.- Don Luis pronunció estas palabras como lo que era… una sentencia inapelable!
- Padre… por qué? Mírame, soy inmensamente feliz así como estoy… con mis hijos, con ustedes… nada me falta, qué necesito yo de un hombre? –Lola con tristeza recriminaba la decisión de sus padres, no le parecía justo y menos necesario.
- Hija, estás en una etapa en que la crianza de tus hijos tapan la realidad… eres una mujer joven y hermosa, y un hombre necesitarás… tu madre y yo sabemos de lo que hablamos, sabemos lo que te conviene… no se diga más. – el padre se puso frente a su hija, se inclinó hacia ella y la besó en la frente… dio media vuelta y desapareció de su vista.
- Hija, no te desconsueles… si en la presentación no conoces a ningún caballero que te llame la atención… estará bien, a nada serás obligada. Tu padre, tus hermanas y yo nos encargaremos de todo. Tú, ese día, solo ponte bella – la madre, al igual que su marido, se despidió de su hija y abandonó el recinto.
Las hermanas, Irene Margarita y Ana Isabel, no perdieron tiempo y se sentaron al lado de su hermana para consolarla, para sacarla de esa tristeza que le había robado su sonrisa, esa sonrisa que ellas tanto amaban.
- Quita esa cara de pendeja Lola, porque vas a saltar de la alegría cuando te enteres quien es el invitado principal… Antonio Santamaría! – le dijo sin reparos Ana Isabel.
- Si hermana, escuchamos a nuestros padres hablar… él será el invitado especial… será tu regalo de cumpleaños… solo falta que te lo envuelvan en papel celofán! – recalcó Irene Margarita muerta de la risa.
Lola se quedó sorprendida, no esperaba ver a Antonio más nunca en su vida… y estaba aquí… y lo vería. Las hermanas agarraron a Lola por los brazos, y la sacaron de la casa, pues ya era hora de buscar a los sobrinos a la salida de la escuela. Las tres jóvenes mujeres salieron conversando y riéndose, estaban felices por el próximo evento: el cumpleaños de Dolores… la Lola!
Las risas y cuchicheos podían oírse en el piso superior, donde los padres estaban asomados a la ventana, observando ese cuadro de felicidad; se miraron y sonrieron… la complicidad con Ana Isabel e Irene Margarita, había funcionado: Lola tenía –de nuevo- la cabeza llena de pajaritos… dieron en el clavo!

Ana Margarita

NOTA: La foto que ilustra este relato fue bajada de Imágenes de Google. Se desconoce autor o propietario.

3 comentarios:

  1. Pobre Lola... si esto sigue así ya serán al menos dos más... joder.. y pobre del Santamaria, su final se acerca, pero con gran sonrisa.. conociendo a esta autora.. posiblemente me esté equivocando.. vamos a ver.. voy a por la quinta parte... besos madre...

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  2. Hoy en día esa intromisión es inconveniente. Debería ser por decisión de Ella. Estaremos atentos al desarrollo del relato. Quisiera mas bien conocer a las hermanas de Lola.

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