viernes, 18 de febrero de 2011

LOLA Y SUS ENREDOS: ( I ) LA VIUDEZ



LOLA Y SUS ENREDOS: ( I ) LA VIUDEZ



Dolores Díaz Robaina, hija de Canarios, era una mujer buena moza y muy altiva, la mayor de tres hermanas; ya contaba veinte y nada que se casaba. Eso, en aquél pueblo y en aquél entonces, significaba que la muchacha quedaría solterona; situación esta que preocupaba a sus padres y tenían desesperadas a las hermanas. No era porque le faltasen pretendientes, no… es que Lola –así la llamaban- de Antonio estaba enamorada, y él… ni bolas le paraba! La presión que ejercían sus hermanitas y la vergüenza de sus padres, hicieron que ella, por Juan, se decidiera. Juan, de apellido Gallardo, era un joven bien compuesto, de buena cuna y sobre todo, loco por ella estaba. El matrimonio se dio –con gran gala- y todo el pueblo asistió.
Lola de Gallardo, no perdió tiempo, a Juan le dio un hijo por año… y ya llevaban cuatro de casados; él estaba encantado con ella y los niños. A todos decía que la amaría por siempre… y ella, con sarcasmo le respondía… que tantos hijos ella no quería.
Un buen día, Lola se levantó de madrugada, como siempre lo hacía para alistar el desayuno de su esposo y de los niños. Estaba cansada, su marido anoche le hizo el amor sin cesar… de seguro saldría de nuevo preñada, pensaba ella a disgusto.
Sentada en la mesa se encontraba, dando el biberón al menor y los otros tres comiendo animosos en sus platos. La cocina olía a compota de manzanas y canela, a leche tibia y a avena, y a pan tostado, huevos fritos y jamón planchado. El rostro de Lola era un poema, adoraba a sus criaturas y ellos a ella. Reinaba cierto desorden en esa mesa… pero la alegría era la recompensa. El plato de su marido estaba servido, pero él no bajaba. Era extraño y ella ya se inquietaba; subió con el bebé en brazos hasta la recámara, puso al niño en la cuna y a su esposo agitó mientras lo llamaba:
- Juan, Juan… despierta, el desayuno se enfría y llegaras tarde al trabajo…
Pero Lola se quedó muda, se echó para atrás… su marido ya con ella no estaba. Entre llantos y sollozos, llamó a la Prefectura para que vinieran a ayudarla, pues su marido había muerto… y tieso estaba.
Don Fernando – así se llamaba el Prefecto- llegó con su Secretario, más rápido que volando! Sacaron a Lola del dormitorio, pues debían examinar al difunto para poder expedir el Acta de Defunción correspondiente, determinando que la muerte era natural y no obedecía a ningún accidente.
Juan permanecía boca arriba en la cama, completamente desnudo y tenía una sonrisa en la boca, de oreja a oreja… y tenía el pene erecto. El secretario al ver esto, conmocionado comentó:
- Prefecto, yo nunca había visto esto… un difunto que haya muerto con esa sonrisa! – dijo esto con los ojos desorbitados y la mandíbula abierta de par en par, sin quitar la mirada del pene del difunto.
- Si a mi se me parara el pene como se le paró a este… yo también tendría esa sonrisa – dijo el Prefecto sarcásticamente – el hombre fue afortunado, murió feliz haciéndole el amor a Lola… ah! Es que esa mujer se las trae…Cubrieron a Juan con la sábana, de pies a cabeza, siendo imposible disimular el bulto que entre sus piernas se asomaba, muy indiscretamente. Desde ese momento en adelante, Don Fernando seguiría de cerca a Doña Lola Gallardo. Se convertiría en su sombra. En el pueblo se murmuraba que, ese seguimiento que le hacía el Prefecto a la viuda, era a causa de que sospechaba que ella era la causante de la muerte de Juan, que su muerte no fue natural y, por ello, empezaron a llamarla –a sus espaldas- La Viuda Negra. Lo que no sabía la gente –ni tampoco Lola- es que Don Fernando la pretendía y quería tener en sus labios la misma sonrisa que ella, a Juan, le había dejado.


Ana Margarita.-


NOTA: La foto que ilustra este relato corresponde a mi madre, Dolores Martin Chica.

8 comentarios:

  1. Hola Rosiris! tengo publicadas la segunda, tercera y cuarta parte... las otras aún no las he publicado. Un abrazo. Gracias!

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  2. ME GUSTO MUCHO LA HISTORIA DE LOLA, ME PARECE QUE LE PUEDE SACAR MUCHA PUNTA Y HACER HASTA UNA NOVELA, ES UN BONITO Y ENTRETENIDO CUENTO QUE SE PUEDE DESARROLLAR...ANA ZAMBRANO

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  3. Gracias Ana, me alegro mucho te haya gustado, la idea es entretener y pasar un buen rato juntas... y bueno, eso de "sacarle punta"... me gusta! Un abrazo y gracias por tu apoyo, lo valoro.

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  4. Bravo muy bien... sin duda eres mi Ana Hitchcock, Mi Ana Christie, Mi Ana Coelho.... besos madre.. voy a por segunda parte.. tqm.

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  5. Bello relato. Te invito Ana a escribir una novela.

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  6. Gracias Esther. Me alegra te haya gustado y tu invitación me honra. Yo te invito a que sigas leyendo los episodios de Lola, pidiendo a Dios que te gusten tantos como éste. Saludos, un abrazo. Mil gracias!

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