martes, 1 de marzo de 2011

LOLA Y SUS ENREDOS: (XIII) LA REFLEXIÓN






LOLA Y SUS ENREDOS: (XIII) LA REFLEXIÓN

Doña Flor salió corriendo detrás de su hermano, logrando alcanzarlo antes de que este diera el gran portazo. Lo agarró por el brazo y le ordenó se detuviese. Don Carlos la obedecía, era su hermana menor, pero mucho la quería y siempre a él le defendía por los ataques de la familia, por su comunismo de porquería.
- No entiendo hermano el por qué golpeaste a esos pendejos; tú, y todos sabemos, que lo sucedido en la mesa son vainas de nuestra madre y de Luis, nuestro tío. Han querido darte una lección que hace tiempo debiste haber aprendido: no se defiende la pobreza, se lucha contra ella. Para acabar con los pobres, no hay que ponerlos a pelear con los ricos… sino ponerlos a trabajar como ellos, para que también progresen… nadie quiere ser pobre! Es que no lo has entendido? De eso, hoy, tú mismo fuiste el ejemplo! – le decía esto mirándolo fija y dulcemente a los ojos, sin que esa mirada dejase de ser un reproche.
- Claro, claro… eso debe haber sido… y yo como un pendejo he caído! – Don Carlos se desplomó en uno de los muebles del porche de la casa. Apoyó los codos sobre sus rodillas, tapó su rostro con las manos y se echó a llorar como un niño desconsolado. Doña Flor se abrazó a él, con un profundo sentimiento de pena hacia su hermano.
- Dime Carlos, estarías dispuesto a cambiar el rumbo de tu vida y acabar con toda esa ideología barata… que ha sido para tí, y para el mundo entero, una pesadilla?
- Si Florcita, estoy cansado que me traten en todos lados como una mierda… ayúdame por favor, ya no soporto tanto fracaso, humillación y vergüenza, necesito ser respetado!- lo dijo llorando, abrazado a su hermana.
- Entonces, no se diga más… tengo un plan, que creo no fallará. Vámonos a casa, mañana será otro día y las cosas en tu mente y en tu corazón se aclararan – Se pusieron de pie y, más tranquilos, emprendieron el retorno a su hogar. Don Carlos -por todo el camino- no dejaba sus manos de agitar, le dolían mucho, tenía los nudillos hinchados, casi a reventar.

Dentro de la casa de los Díaz Robaina… la cosa era otra; casi todas las mujeres se levantaron de las mesas: unas para calmar y poner orden a los niños; quienes al ver la pelea entre los hombres, hizo que todos los varones y Anita, se pusieran a jugar a los guerreros… haciendo desastres en su mesa y fuera de ella. El resto de las niñas lloraban histéricas, pues estaban asustadas… nunca antes habían presenciado una confrontación, y menos una como esa! Las otras mujeres socorrían a los patiquines, que tenían las caras ensangrentadas y no terminaban de recobrar el conocimiento. Era un total caos.

Don Luis se quedó sentado en su mesa, fumándose un habano; tenía la mirada perdida, cavilando sobre lo sucedido. Con él estaba el párroco, que continuaba comiendo como si nada; de vez en cuando levantaba la mirada y se reía, pues todo aquello gracia le causaba. También Doña Matilde y su marido… y Doña Ana.
- Crees que hicimos lo correcto?- le preguntó Doña Matilde a Don Luis, al mismo tiempo que le quitó el puro de las manos y le echaba una bocanada.
- Tienes alguna duda? Yo no la tengo! De todos modos… eso lo dirá el tiempo- le respondió de lo más tranquilo, como él acostumbraba.
- Pero estemos claros, Don Luis… eso de echarle el muerto a aquél par de pendejos, no es de cristianos! –acotó el párroco, limpiándose la boca con la servilleta de tela y riéndose del asunto, algo sarcástico.
- No tema Don José, si por la verdad murió Cristo, no está demás que esos patiquines se hayan llevado las bofetadas; además... para eso fueron creados los mártires, o no? –le contestó Don Luis, justificando su acción.
- Bofetadas? Fue un buen par de coñazos! Si algo bueno tengo que decir de mi hijo Carlos… es que pelea muy bien y buena fuerza tiene- intervino Doña Matilde, soltando una carcajada.
- Yo creo que se extralimitaron… se pasaron de la raya!- habló Doña Ana, que hasta ahora había permanecido callada. Estaba inquieta, pues hace mucho rato que ni a Lola ni a Don Antonio divisaba. Abandonó la mesa y dio vueltas por la casa, pero nada, no los veía. Se asomó a los jardines... y tampoco, los enamorados no estaban. Irene Margarita a su madre observaba y se imaginaba… el por qué de su preocupación. Se acercó a ella y abrazándola le dijo, en voz muy baja… para que el secreto guardara:
- Madre, Lola y Antonio se fueron de aquí…
- Cómo? No me digas que por todo el alboroto Lola se fue brava?- le preguntó con los ojos casi llenos de lágrimas.
- No madre, para nada… están enamorados; deben andar por ahí, diciéndose dulces palabras; celebrando su cumpleaños… como Dios manda!
- Ah! Se escaparon sin decirme nada!- exclamó Doña Ana, ya relajada.
- Ni tontos que fueran para anunciar su escapada!- Dijo Márgara con picardía. Se miraron y sonrieron las dos mujeres, madre e hija, al tiempo que miraban al cielo, iluminado por una gran y hermosa Luna llena e imaginando las escenas de amor que esta alumbraba, como silenciosa cómplice... de aquellos que se amaban.


Ana Margarita.-

NOTA: La foto que ilustra este relato fue bajada de Imágenes de Google. Se observan letras manuscritas ilegibles. Se desconoce autor o propietario.

5 comentarios:

  1. Pero bueno.... esto se esta complicando cada vez mas, se esta conviertiendo en una novela de verdad, me encanta, me lo imagino todo a medida que voy leyendo ...
    A donde se habrán ido Lola y Antonio :o)...
    Besos

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  2. jejeje Sabes Rumi, lástima que no sea fácil hacer los comentarios en el blog; mucha gente me ha hecho comentarios muy interesantes por el correo electrónico y me han pedido que les diga cómo pueden dejarlos en el blog... pero no se qué decirles al respecto!

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  3. Hola

    Aqui le dejos dos links donde se explica como dejar comentarios en un Blog, espero le sirvan, mandeselos a sus amigos,

    besos

    Rumiana


    http://www.google.com/support/blogger/bin/answer.py?hl=es&answer=42399

    http://karitis.blogspot.com/2009/03/como-dejar-un-comentario-sin-estar.html

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  4. Gracias, sabía que resolverías!!!!! besos y bendiciones a Gabo y a Christian... a todos... LOS AMO!

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  5. Muy buena la reflexión sobre los pobres!!! Los diálogos estan buenos. Y la incertidumbre crece, creo que Antonio será la proxima victima. Esto me hace acordar del libro de Tobias (Biblia) donde los maridos de la que fue su esposa se acostaban pero amanecian muertos, jajaja

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