lunes, 10 de noviembre de 2025

PERDIDA


Perdida

Ana Margarita Pérez Martín

“Entre hilos de sueños, la piel recuerda lo que el alma anhela.”

Prólogo

Hay días en que me desconozco.
Camino entre rostros y lugares familiares, pero todo me parece ajeno, distante, como si el mundo se hubiera desplazado un poco y yo quedara fuera de su centro.
No sé si busco un lugar, una mirada, o una versión de mí que extravié sin darme cuenta.
Solo sé que sigo andando, con los bolsillos llenos de preguntas, y el corazón temblando entre quien fui y quien aún espero ser.
Este es uno de esos días: un intento por entenderme entre los hilos sueltos de mis propios sueños.

Caminando.
A plena luz del día.
Mirándolo todo…
con ansiedad escondida.

Caminando sin brújula,
desnuda de rumbo,
hallándome totalmente perdida.

Mi vida la sostiene
una maraña de sueños;
frágiles hilos que tiemblan,
que se enredan,
que apenas me sostienen.

Me siento como agua estancada:
espejo sin reflejo,
sed que se esconde,
transparencia que se evade,
un sorbo que se escapa…

¿Hacia dónde va
quien siempre espera
el roce de un río vivo
que la penetre, la despierte,
y la haga fluir con la corriente?
Hacia un océano agitado, vivo, en movimiento;
Lejos del lago apacible, donde no azota el viento.

 Epílogo

Quizá perderme era necesario.
Tal vez solo desde el desconcierto podía aprender a escucharme sin ruido, a mirarme sin miedo. He comprendido que no todo vacío es ausencia: algunos son espacio para lo nuevo, para lo que aún no se atreve a nacer.
Sigo caminando, sí, pero ahora con la certeza de que cada paso, incluso los errantes, me acercan a mí.
Ya no temo al silencio ni a la quietud. Porque empiezo a sentir, muy dentro, el rumor de un río que despierta…
y sé que, al fin, volveré a fluir

“Solo el roce de lo vivo puede hacer fluir lo que permanece estancado.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario