jueves, 1 de julio de 2010

EL HIJO AUSENTE



Caminando incesantemente,
se le busca entre la gente...
es necesario socorrer su alma indigente.
No le encuentro...
No le tengo...
No le siento...
DIOS... QUÉ DOLOR!

Al caer la noche,
los padres del ausente... se quitan su disfraz de gente;
dejan su alma desnuda y mojada por el llanto.
Solo el pesado manto del cansancio
... los hace dormitar.
DIOS... QUÉ DOLOR!

El sol sale por donde siempre...
y las aves no cesan de trinar;
este canto melodioso... los hace despertar.
Abiertos sus ojos, buscan en su derredor,
solo silencio y un gran vacío...
Profunda puñalada... directa al corazón;
desesperados, llevan sus manos al pecho...
para tapar ese gran hueco,
para que no se escape el alma...
para que no se desinfle la vida...
DIOS... QUÉ DOLOR!

1 comentario:

  1. Fuerte, triste, conmovedor...Hace temblar a cualquier madre que lo lee y ama con pasión a sus hijos

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