UNA TAZA DE CAFÉ
Ana Margarita
Pérez Martin
“cada sorbo, un agradecimiento por el hoy”
Como
todos y cada uno, tengo mis propios rituales al despertar, en eso que solemos
llamar “otro día más”, al amanecer. No voy a hablar de ello; sería como
escribir un tratado científico sobre la comprensión del funcionamiento del
sistema nervioso y de cómo este produce y regula nuestras emociones,
pensamientos y conductas corporales básicas… ¡y es lo último que tengo en
mente!
Al
abrir los ojos, automáticamente —y como respuesta a mi profundo amor a Dios—
solo doy gracias por existir “otro día más”, tomando conciencia de la
importancia de ello. Y, claro está, se dibuja en mi rostro la primera sonrisa
del día: ¡una sonrisa auténtica, una que sale del alma, hermosa, profunda,
indeleble como obra de arte hecha por el mejor tatuador! Así empiezan mis días:
el de ayer, el de hoy… ¡el de mañana no sé, tal vez no haya!
Y
así, con cara de ángel despeinado y envalentonado para las batallas que le
aguardan —me lo imagino yo— voy dando traspiés desde la cama hasta la cocina.
Allí cojo mi más afilada y reluciente arma —esa que brilla como el más
resplandeciente lucero de la mañana—, simbolizando mi grito de guerra que avisa
a toda España, y demás tierras lejanas, que conmigo no se metan… ¡por supuesto,
estoy hablando de la cafetera italiana!
Empieza
la magia. El fuego pone a burbujear el agua, que sube con fuerza, casi con
rabia, para producir el elíxir que abrirá esa caja fuerte que resguarda con
recelo aquellos instantes que constituyen el tesoro de nuestras vidas: ¡los
recuerdos!
La
taza humea, desprendiendo la fina y aromática hebra que nos ata a los tiempos;
que borda el pasado, ornamentando nuestros pensamientos; que teje el presente,
creando telas tangibles con esos instantes extraordinarios, intangibles; que
zurce lo dañado, convirtiendo lo roto y gastado en vestimenta de gala… ¡humo y
aroma que aclaran la visión de lo hermoso que puede ser el hoy, y un mañana!
“La vida no se mide en años ni en logros,
sino en los instantes que huelen a café
recién hecho.”
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