sábado, 6 de noviembre de 2010

FELIZ EN EXTREMO?



Me acosté anoche... como todas las noches, pensando en las expropiaciones, en las leyes que regulan las tierras urbanas, en el PSUV, en la bancarrota moral y económica de mi patria... en esto y en aquello... o sea, en el desgraciado de Chavez!!!
Me dolía la cabeza y tenía taquicardia, me tomé un diclofenac potásico y un lexotanil; para mayor seguridad... me tomé dos lexotanil más y cinco aspirinas... para evitar me diera un ACV o un infarto mientras dormía... pensando en el desgraciado de Chavez!!!
No se si fue por los medicamentos, o porque he logrado cierto autodominio del estrés... lo cierto del caso, es que sentí que mi cuerpo se ponía laxo y mi mente en blanco... No recuerdo más nada de anoche.

Caminaba tranquila por las calles de la ciudad, sin prisa ni angustias. Veía como la gente a mi derredor se movía de un lado a otro, a tal velocidad, que parecían que chocarían entre ellas. Sus rostros estaban todos desfigurados por el dolor y la angustia. hablaban sobre cosas para mi desconocidas: que si el hampa me mató un hijo; que si van a manipular a mis hijos con los "círculos infantiles"; que si quieren que preste el servicio militar; que si el tirano nos va a dejar en bancarrota; que me quitarán mi casa y mi empresa; que no hay asistencia médica ni salud pública; que si la comida y todo lo demás está por las nubes... y pare de contar! De qué hablaban esa gente? Yo no les entendía nada!
Seguí por mi camino... nada de eso me afectaba. Tomé los ejemplares de la prensa que consideré necesitaría; pasé por la panadería y tomé todo cuanto quise; también por Burguer King y me harté; pasé por el supermercado... no cualquier supermercado, el mejor de la ciudad, y me abastecí para un buen tiempo. Me entretuve paseando por las plazas y avenidas sin ser víctima del hampa; me hice de zapatos y ropa nueva... hasta un lindo sombrero que bien me lucía. Un paraguas y varios electromésticos, que no necesitaba, pero que los tomé a manera de inversión... los revendería. Era yo una negociante próspera, donde todo era ganancia y nada de pérdidas. Lo tenía todo y nada necesitaba. Por el camino fui saludando y conversando con tantos amigos y conocidos, que como yo, eran en extremo felices; en realidad... éramos la mayoría.
De vuelta al hogar... hermoso, amplio... ubicado en un lugar privilegiado del valle, rodeado de las montañas, y cientos de árboles -donde el trinar de las aves reinaba- eran el cerco de mi propiedad... allá a lo lejos, donde el horizonte se pierde de vista. Teníamos energía y agua en abundancia... éramos afortunados, nada nos faltaba y nada nos aquejaba. Mi familia estaba compuesta por unos seis miembros... vivíamos en comuna. Si, debo confesar... éramos una suerte de "hippies"... todo "paz" y "amor".
Caída la noche, decidimos bañarnos y pasar una velada romántica, juntos todos, los seis. Practicábamos el amor libre... Nuestras cuerpos eran esbeltos, sin grasas ni celulitis, y la piel tersa por las máscaras de barro y aceites naturales que nos protegían de los rayos ultravioleta del sol.... todo era perfecto en nuestras vidas. Éramos felices en extremo!!!

De repente, guardamos silencio... escuchamos ruidos sospechosos provenientes del jardín y vimos luces -artificiales- que titilaban entres los árboles. Sin previo aviso, nos vimos rodeados de hombres uniformados de verde olivo, no eran del ejército... sino de la reserva!
- Miren pues, estos gozando en pelota en las aguas hediondas de la quebrada! -dijo uno con el léxico propio de los malandros, al tiempo que nos alumbraba con su linterna.
- Guácala... son un bojote de indigentes!! -vociferó otro con acento cubano.
- Salgan de ahí... uno por uno, con las manos en la cabeza! - ordenó el tuqui... el malandro estaba agresivo.
- Qué pasa, por qué esta agresión? Somos gente de paz y bien - protesté yo en alta voz.
- Van presos toditos... -dijo con sarcasmo el cubano.
- Pero.. por qué chico -insistí yo- si estamos tranquilos aquí en casa, sin molestar a nadie?
- En casa? -soltó una carcajada- esto es un parque público! - y diciendo eso... me dio un culetazo con el fusil ruso, que cargaba muy orgulloso el cubano.
- Bueno, nosotros somos pobres... el comandante dijo que en el Socialismo del siglo XXI, todo era para nosotros... que acabaría con los pobres!! - argumenté en mi defensa.
- ajajaja ajajaja -se rieron todos al unísono, como hienas.
- Claro que acabaremos con los pobres... no votan, no trabajan, no producen, no pagan impuestos... nada tienen que podamos tomar de ellos... claro que acabaremos con ustedes!! - Dijo muerto de la risa el malandro.
- Nos matarán? - pregunté toda cagada del susto.
- Ni lo sueñes... no por ahora. Los llevaremos para los campamentos... allá en Barinas, donde los guerrilleros y etarras se entrenan. Tendrán que trabajar para nosotros, y votarán en las elecciones del 2012, a favor del comandante, claro está... después veremos que haremos con ustedes! - habló el cubano, que parecía ser el jefe del grupo, mientras me caía a culetazo.

Desperté sentada en la cama, sudando frío y temblorosa... nojoda, yo que estaba soñando tan bonito, que era en extremo feliz... y aparece el desgraciado de Chavez, expropiandome el sueño y volviéndolo mierda!

2 comentarios:

  1. Para publicarlo en El Nacional o El Universal en la Venezuela Libre que había hace 10 años, pero como no se puede hay que agradecer que existen estos medios.

    EXCELENTE

    ResponderEliminar
  2. Algún día Venezuela volverá a ser la de antes... donde no haya temor de que los sueños sean "expropiados"... espero llegar a verlo! Besos Rumi.

    ResponderEliminar